"EL COPECHI"
ASÍ ES MI TIERRA
BAJA CALIFORNIA
Baja California,
Mi tierra adorada
Tus costas bañadas
Por el ancho mar.
Hermosas gaviotas
Que cruzan el cielo,
Llevando mensajes
De felicidad.
Semejas sirena
Jugando en las olas,
Hija de Neptuno
Monarca del mar,
Tu piel es morena
Porque eres mestiza
Llevas sangre india
Y de noble español.
Las californianas
Son lindas de veras,
Hacen de mi tierra
Un hermoso jardín.
Son hembras muy
buenas,
Chulas y sinceras
Y si alguien lo duda
Que venga hasta aquí.
Tienes tus hijos
Buenos mexicanos
Que adoran tu suelo
Con gran devoción,
Cachito de tierra,
De tierra sagrada,
Te llevo muy dentro
De mi corazón.
¡Qué hermosa es mi
tierra!
Baja California
Donde hacen su nido.
Las olas del mar
A veces furiosas
A veces calmadas
Besando tus playas
De arena y coral.
Baja California
Recibe este canto
Que brota de mi alma
Nomás para ti,
Cachito de tierra,
De tierra dorada,
Nunca…nunca…nunca…
Me olvido de ti.
Para el tiempo y el espíritu de un hombre cuya vocación de educador
concreto su tiempo en el empeño útil de plantar semillas diariamente para
levantar cosechas de hombres y mujeres exitosos en un México próspero y
pluricultural, he de compartir con todos
mis lectores la obra que día a día el Profr. Silvestre Mayoral Osuna, mejor
conocido como “El Copechi” realizo y que es poco conocida.
Se internó en su paraíso infantil en nuestra tierra y llegados sus
primeros años ya con su
talento temprano escribe cuando adolescente:
“LLEGÓ LA ADOLESCENCIA DE MI VIDA
Y AL IGUAL QUE UN AGUILUCHO CUANDO EMPLUMA,
AGITÉ LAS ALAS
Y AL MOMENTO,
LEVANTÉ EL VUELO PARA SIEMPRE
Y CON LÁGRIMAS Y SOLLOZOS LASTIMEROS
¡CUAL FLECHA VELOZ,
VOLÉ MUY LEJOS!”
Ramón Márquez Orozco describe al Profr. Silvestre Mayoral Osuna como
un maestro de catadura, versificador ahora sí, de tiempo completo. Si el número creativo contempla una
producción superior al centenar de obras,
considera que habremos de ver su obra como el cobre de su solar cachanía
Santa Rosalía, Baja California Sur, o de su natal pueblo de la Purísima donde vio
la luz primera el 31 de Diciembre de 1935.
Para el tiempo y el espíritu de un educador como Silvestre Mayoral
cumple con la premisa de hombre elemental para colocarse al lado del pensamiento y la lucidez creativa de otros
hombres y mujeres como: Néstor y José
Inés Agúndez Martínez, Filemón C. Pineda, Valdemar Jiménez Solís, Dominga G. de Amao, Jesús López Gastélum, Luis
Pavía, Alan Gorosave, Jesús Castro
Agúndez, Armando Trasviña Taylor, Francisco Cota Sandez y otros cuyas obras y
talentos permanecen en el ambiente del arte y la cultura de la Patria Chica.
Algunos poemas
del poeta educador jubilado, dueño de su poesía libre: Profr. Silvestre Mayoral
Osuna.
MIS VERSOS
Mi verso es libre y sincero
Como la brisa o el viento
Unas veces muy calmado
En otras enamorado
De vez en cuando violento.
Cuando me pongo a escribir
Los versos me van saliendo
Como el agua de la fuente
Que brota pausadamente
O rugiendo como un tornado.
Los escribo porque nacen
De las entrañas de mi alma
Como un volcán
muy furioso
Que el estruendo y el rugido
Vienen a turbar su calma.
Yo pienso que dios está
En cada uno de mis versos.
Aunque no lo puedo ver
Como no se mira al viento
En mi ser siento su aliento.
Yo le canto a la mujer
A la Patria y a los hombres,
Pues con mi canto resalto
Las cualidades del hombre
Al igual que el de la mujer.
Mi verso no es escogido
Ni tampoco muy pulido.
Es como los buenos guisos,
Aunque sean desconocidos
Hay que saber saborearlos.
No escribo para personas
De gusto refinado.
Escribo para que todos
Me comprendan y me entiendan
Aunque no sean ilustrados.
La inspiración no se encuentra
En frutas ni en la comida;
Solita ella va brotando
Como el vaivén de las olas
Suavemente o muy furiosa.
Al escribir sólo escribo
Los versos que van naciendo.
Pueden ser muy de mañana
Cuando allá por el oriente
Empieza a clarear el alba.
De noche cuando me acuesto
Siento la necesidad
De escribir o de llorar,
Pues a veces sin querer
De mis ojos brota llanto.
La inspiración es un don
Que Dios nos brinda al nacer.
Después de mucho escribir
Poco a poco la moldeas
Y se pule como al metal.
Otras veces los versos brotan
Como el arrullo de viento
Como el sonar de la lluvia,
Como el trinar de las aves
Que embriagan el pensamiento
No son como los perfumes
Ni frutas muy endulzadas
Y sin embargo su ritmo
Arrullan al corazón
Y embelesan el alma.
Te llenan de emoción,
De tristeza o de alegría,
Hacen que el corazón
Marche a un ritmo acelerado
O muera de desilusión.
EL CARNAVAL DE LA VIDA
Sin tener por qué vivir
Ya cansado de la vida,
A Don Fulano encontré
Muy triste y taciturno.
Caminaba por las calles
Veía, más no miraba.
Su caminar incierto,
Iba arrastrando los pies
Como que estaba cansado.
Caminaba coo sonámbulo
Nada de lo que encontraba
Atraía su atención.
Pasó a un lado de mí
Y ni siquiera volteó.
¡Pensé…los ricos así son!
La vida es un carnaval,
Donde todos somos actores;
En donde todos actuamos,
Cada quien toma el disfraz
Y se transforma en actor.
Los disfraces se presentan
De diferentes maneras,
Algunos muy costosos,
Otros medianamente
Y los usan mucha gente.
Hay actores cautelosos
Que actúan con cuidado,
Sus disgraces son muy caros
Por eso son muy escasos
No son pata toda la gente.
Hay otros que no son caros
Y se venden más baratos
Sirven como camuflaje
Y se usan para ocultar
Las penas y los desengaños.
Los otros son más baratos
Esos hasta los regalan
Y los usa mucha gente
No sirven para nada;
Pues no se puede ocultar
La miseria y la pobreza.-
En el Carnaval de la vida
En donde todos actuamos,
Hasta que llega el momento
En que el acto se termina.
Es lo bueno de la muerte
Que no tiene preferidos:
Ella agarra parejo
Ricos, pobres, niños,
Jóvenes,…viejos.
EN SU POEMARIO…SECCIÓN
“PARA REÍR” ME LLAMO LA ATENCIÓN EL QUE
LE DEDICA A:
LOS PERROS
Los perros de la calle donde vivo
Salen todas las mañanas;
Pasan por enfrente de mi casa,
Orinando postes, arboles
Y los cercos de las casas.
Se zurran en las banquetas
Y nos les importa nada,
Ni los madrazos que sueltan
Los dueños de las casas.
Son los perros de los vecinos
Que se juntan en manadas;
Parecen que van marchando.
Se paran en los marcos
De las puertas,
Las huelen y al momento
Alzan una pata trasera
Y sueltan un chorro de miados.
Después, se van orondos
Formados como soldados
Y el lugar en donde cagan
Ya lo tienen localizado.
Los madrazos no les duelen
Ni tampoco las pedradas,
Son cínicos y burlescos,
Pues si alguien los espanta
Le responden
con ladridos
Como queriendo decirle
¡vete mucho a la chingada!
Y así regresan trotando
Sin que les importe nada
Cada uno entra a su casa
A comer y beber agua.
Por la tarde,
Antes de ponerse el sol
Uno que otro sale a caminar.
Repiten su recorrido.
Pasan por todas las casas
Saludan a sus compañeros
Que se encuentran encerrados,
Comienzan a mover la cola
Ya dar pequeños ladridos
Como si fueran saludos.
El de adentro le responde
Con unos suaves gruñidos
Como queriendo decirles:
¡los pinches de mis amos
Me tienen aquí encerrado!
Retozan por las mañanas
Pues salen a divertirse
Y hacer sus necesidades,
Marcan sus territorios
Y también sus excusados.
¡oh que perros tan chingones!
Y son los mejores amigos del hombre.
Viven muy despreocupados
El pudor no les importa,
Son cochinos y cabrones
Y también maleducados.
¡son los amigos perros;
De la calle donde vivo!
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