¡CON LA MANO EN EL CORAZÓN!
¡Viva Baja California Sur!...¡Felices Fiestas Patrias!..les desea Ana Luisa Gastelum P. LOS MEXICANOS NOS BARNIZAMOS DE LIBERALISMO |
El Presidente de México Felipe Calderon Hinojosa dando el Grito de Dolores |
¿SABES QUÉ SE CELEBRA EL
16 DE SEPTIEMBRE?
Cada septiembre de todos los años el Presidente de México y los Gobernadores de todos los Estados de la República Mexicana dan el Grito de Dolores desde el palco de eficios historicos o gubernamentales invitando a todos los mexicanos a disfrutar de las fiestas patrias y celebrar la independencia de nuestro País.
En Baja California Sur...al Lic. Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor fue el protagonista como Gobernador Constitucional del Estado para dar el tradicional Grito de Dolores el 16 de Septiembre del 2012 en el Palacio de Gobierno frente a la plaza Reforma donde se reunieron todos los sudcalifornianos a celebrar entre mariachis, bailes tradicionales, banderas, gritos y luces artificiales.
¡El Grito
de Dolores!...¡VIVA MÉXICO!
MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA apodado como el "ZORRO" por sus amigos debido a su astucia en juegos intelectuales |
Independencia significa no
estar sometido a las políticas, autoridad o leyes de otro país como respuesta al
colonialismo. En este caso de España
hacia México; por lo tanto, el no estar
dependiendo de la autoridad de otro país
se relaciona estrechamente con los conceptos de la no intervención y el derecho
de los pueblos de autodeterminarse.
Menciono esto porque en ocasiones hablamos de independencia y no tenemos
claro realmente el significado.
¿Conoces el verdadero nombre
del Padre de la Patria?
Miguel Gregorio Antonio
Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor
Fue un sacerdote y militar
novohispano que destaco en la primera etapa de la Guerra de Independencia de
México, fue quien inició con un acto conocido en la historia como Grito de
Dolores. Dirigió el movimiento
independentista y mejor conocido por todos como Miguel Hidalgo y Costilla.
Primeros años
Mural de "Hidalgo" en El Palacio de Gobierno de Guadalajara por José Clemente Orozco |
Miguel Hidalgo y Costilla
nació en el rancho de San Vicente del Caño, perteneciente a la Hacienda de San
Diego, Guanajuato el 8 de mayo de 1753; fue el segundo de cuatro hijos del
matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de Corralejo,
y Ana María Gallaga. Fue bautizado con el nombre de Miguel, en la capital de
Cuitzeo de los Naranjos el 16 de mayo de 1753.
Rancho San Vicente del Caño donde nació Miguel Hidalgo y Costilla en la Hacienda de San Diego, Guanajuato |
En junio de 1765 Miguel
Hidalgo junto a su hermano José Joaquín partió a estudiar al Colegio de San
Nicolás Obispo, ubicado en Valladolid, capital de la provincia de Michoacán. El
colegio había sido fundado en 1547 por Antonio de Mendoza y Pacheco, primer
virrey de Nueva España, quien entregó la universidad y el edificio donde se
alojaba a los miembros de la Compañía de Jesús, que instituyeron cátedras de
latín, derecho y estudios sacerdotales. Fue en esta casa donde los hermanos
Hidalgo estudiaron hasta 1767.
Fachada de la Iglesia de la Compañía de Jesús en Guanajuato Miguel Hidalgo y Costilla estudio allí hasta que los Jesuitas fueron expulsados |
El 25 de junio de 1767 los jesuitas fueron
expulsados de los territorios del Imperio español por órdenes del Rey de España
Carlos III, y su ministro, el Conde de Floridablanca. El colegio permaneció
cerrado unos meses y en diciembre se reanudaron las clases.
En esta institución, Hidalgo
estudió letras latinas, leyó a autores clásicos como Cicerón y Ovidio, y a
otros como San Jerónimo y Virgilio. A los diecisiete años de edad ya era
maestro en filosofía y teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se
ganó el apodo de "El Zorro", por la astucia que mostraba en juegos
intelectuales. Aprendió el idioma francés y leyó a Molière, autor a quien años
más tarde representaría en las jornadas teatrales que él mismo organizaba
siendo párroco de Dolores. Gracias al contacto que tuvo con los trabajadores de
su hacienda en su infancia, la mayoría de ellos indígenas, Hidalgo aprendió
muchas de las lenguas indígenas habladas en Nueva España, principalmente otomí,
náhuatl y purépecha, ya que la zona de Pénjamo era una de las regiones con
mayor diversidad de grupos indígenas y de contacto entre el mundo nativo y el
español. Todos estos conocimientos permitieron a Miguel Hidalgo impartir clases
de latín y filosofía a la vez que seguía sus estudios. Una vez que los culminó,
trabajó en su alma máter desde 1782 a 1792, muchas veces como tesorero, otras
como maestro y desde 1788 como rector.
Teniente Coronel Francisco Xavier Venegas de Saavedra |
La invasión francesa a España,
en 1808, produjo en el virreinato la crisis política de 1808 en México,
caracterizada por el derrocamiento de José de Iturrigaray a manos de los
españoles, seguido de la captura y ejecución de políticos afines a las ideas independentistas,
como Francisco Primo de Verdad y Ramos y el fraile peruano Melchor de
Talamantes. En lugar de Iturrigaray fue nombrado un militar alcalaíno, Pedro de
Garibay, quien en mayo de 1809 fue sustituido por el Arzobispo de México,
Francisco Xavier de Lizana y Beaumont. En diciembre de ese mismo año se
descubrió la Conjura de Valladolid, conspiración cuyo único fin era crear una
junta que gobernara al virreinato en ausencia de Fernando VII, preso en Bayona.
Los culpables fueron arrestados y sentenciados a muerte, pero el arzobispo
virrey les perdonó la vida condenándoles a cadena perpetua, razón por la que
Lizana fue destituido en abril de 1810 por la junta de Sevilla. Como nuevo
virrey fue designado un militar participante de la Batalla de Bailén, el
teniente coronel Francisco Xavier Venegas de Saavedra.
En 1808 se documentó en Dolores la llegada de
un agente francés al servicio del general Moreau, enemigo de Napoleón. El
agente dio su nombre como Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo
a los Estados Unidos de América y en octubre del mismo año desapareció sin
dejar huella alguna.
Cuando Andalucía cayó en manos
de los franceses, en la primavera de 1810 toda España ya estaba en poder del
ejército napoleónico. La Archidiócesis de Zaragoza, encargada de los asuntos
religiosos en toda la metrópoli, ordenó a los párrocos de todo el imperio
predicar en contra de Napoleón. Hidalgo siguió esta orden. Mientras tanto, en
Querétaro se gestaba una conspiración organizada por el corregidor Miguel Domínguez
y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez, y también participaban los militares
Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. Allende se encargó de convencer
a Hidalgo de unirse a su movimiento, ya que el cura de Dolores tenía amistad
con personajes muy influyentes de todo el Bajío e incluso de la Nueva España,
como Juan Antonio Riaño, intendente de Guanajuato, y Manuel Abad y Queipo,
obispo de Michoacán. Por estas razones se consideraba que Hidalgo podría ser un
buen dirigente del movimiento. Hidalgo aceptó, y se puso como fecha de inicio
para el movimiento el 1 de diciembre, día de la Virgen de San Juan de los
Lagos, donde muchos españoles se reunían a comerciar en una feria cercana a
Querétaro. Allende propuso más tarde hacerlo el 2 de octubre, por cuestiones
militares y estratégicas.
Lucha independentista
En la primera semana de
septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas, quien de
inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno
real español en México. El intendente de Guanajuato, Riaño, ordenó al
comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre
se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se
logró arrestar a Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de
Allende, que escapó a una población del Bajío.
Allende en la Casa Cural de Dolores reunido con Miguel Hidalgo y Costilla |
Por medio del alcalde de
Querétaro, Balleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se
dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir
a Dolores fue encerrada en un cuarto por su marido. Sin embargo, la corregidora
pudo contactar con Allende a través de Balleza, para informar oportunamente a
Hidalgo.
En las primeras horas del 16
de septiembre, Allende llegó a la casa cural de Dolores, donde Hidalgo se
hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar un poco acompañados de
chocolate, ambos decidieron lanzarse a la lucha armada antes de que los
españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la mañana Hidalgo,
con la campana de la parroquia, convocó a la misa patronal del pueblo y dio el
Grito de Dolores, con lo que empezó formalmente la Guerra de Independencia de
México.
Con poco más de 6000 soldados
Hidalgo, acompañado de Allende, Aldama y Abasolo inició la lucha. En pocos días
entró sin ninguna resistencia en Celaya, Salamanca y Acámbaro, donde fue
proclamado como capitán general de los ejércitos sublevados. En Atotonilco,
entró al santuario local y tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe,
símbolo de su movimiento.
Al entrar en Guanajuato, el 28
de septiembre, Hidalgo intentó intimidar al intendente de Guanajuato, su viejo
amigo Juan Antonio Riaño. Pero el marino español desistió de entregar la plaza
sin derramar sangre, prefirió reunir al regimiento local para acuartelarse en
la bodega más grande de toda la provincia: la Alhóndiga de Granaditas, donde
también se congregaron miembros de las familias más acaudaladas de la ciudad.
Hidalgo ordenó a Allende, brazo armado del movimiento, lanzar a sus tropas
contra el edificio. Tras más de cinco horas de combate, el intendente salió a
luchar cuerpo a cuerpo, pero murió de un balazo que le propinó un indio. Uno de
los abogados, quien legalmente debía quedarse a cargo de la intendencia en
ausencia del titular, intentó pactar con los insurgentes y alzó una bandera
blanca en señal de paz, y la tropa rebelde cesó el ataque. El coronel García de
la Corona, comandante militar de la plaza, mató al regidor y reinició las
acciones bélicas. Con ayuda de un minero llamado Juan José de los Reyes
Martínez, pero apodado "El Pípila", quien quemó la puerta de la
bodega, los militares al mando de Allende y Aldama pudieron penetrar en la
alhóndiga, y una vez dentro mataron a todos los españoles, tanto ciudadanos
como militares. Acto seguido se dio el saqueo de la ciudad, con lo que los
insurgentes pudieron conseguir fondos para batallas posteriores.
El Pipila quien se dirigia a quemar la puerta de la bodega más grande de toda la provincia: la Alhóndiga de Granaditas |
Valladolid, capital de Michoacán y una de las
ciudades más influyentes del virreinato, fue el siguiente objetivo de Hidalgo y
su tropa, quienes salieron de la ciudad de Guanajuato el 3 de octubre, y a los
pocos días se dio parte en la capital de la intendencia michoacana. Todos los acaudalados,
principalmente españoles, comenzaron a huir semanas antes de la toma de la
ciudad. El 17 de octubre Hidalgo entró a la ciudad con su tropa y tomó parte
del patrimonio del episcopado local. Para el 20 de octubre se unió a Ignacio
López Rayón en Tlalpujahua, y más tarde, ese mismo día, habló con José María
Morelos, en Charo. Este sacerdote, otrora exalumno suyo, pidió permiso para
luchar, y a la postre se convertiría en el sucesor de Hidalgo al frente de la
lucha.
Toluca cayó en poder de los
insurgentes el 25 de octubre y en la capital se rumoraba que un avance de los
insurgentes era inevitable. En la mañana del 30 de octubre, Torcuato Trujillo
enfrentó a los insurgentes en la Batalla del Monte de las Cruces, acción en la
que los realistas, inferiores en número de soldados, fueron derrotados por más
de 80.000 insurgentes, quienes sin embargo perdieron gran número de efectivos.
El paso siguiente para la tropa era tomar la ciudad de México, pero Hidalgo,
queriendo evitar una masacre como la acontecida en Guanajuato, envió a sus
emisarios a negociar con el virrey el 1 de noviembre. Tras el rechazo sufrido
por parte de Venegas, Hidalgo dudó y dudó, la presión de Allende no hizo efecto
y decidió retirarse al Bajío para continuar la lucha. El 7 de noviembre, luego
de la retirada, Hidalgo fue vencido por el brigadier y capitán general de San
Luis Potosí, Félix María Calleja, en la Batalla de Aculco.
Hidalgo y Allende decidieron
separarse para continuar con la lucha. El cura de Dolores marchó a Valladolid,
donde se cometieron masacres de españoles y saqueos contra las propiedades de
los peninsulares, situación que se repitió en Guadalajara, a donde Hidalgo
llegó el 22 de noviembre. La capital de la intendencia de Jalisco cayó en manos
del jefe insurgente José Antonio Torres, el mismo día de la derrota en Aculco,
es decir, el 7 de noviembre. Allende, mientras tanto, se fortificó en la
alhóndiga de Granaditas, donde aún estaban algunos prisioneros españoles.
Cuando se supo de la proximidad de Calleja y el intendente de Puebla, Manuel
Flon, Allende ordenó la ejecución de los reos. El 26 de noviembre, Calleja y
Flon atacaron Guanajuato, recuperando así la ciudad minera. Allende, Aldama y
Jiménez se unieron a Hidalgo en Guadalajara el 8 de diciembre.
A carga de fusiles, habían sido desposeídos quienes lucharon contra del poder español en México. La independencia a pesar de que fue una gran no los
había recompensado del todo. Cuando la
paz llegó reabrió la decadencia. Las masas
populares empezaron a sufrir pobreza, debido a que algunos amasaron grandes
fortunas al mismo tiempo y empezaron a surgir nuevos dueños de México. La idea de nación que se empezaba a engendrar
parecía demasiado a la actividad mercantil y financiera de otros países. Se pusieron de moda los pensadores franceses
y las industrias inglesas en América Latina.
Nuestro país tuvo su independencia barnizada de liberalismo con grito de dolores por Miguel Hidalgo y Costilla
con la idea de conseguir mejores horizontes de vida para todos los mexicanos.
Sin embargo la independencia en México
no culmino con la transformación de la
burguesía como una misión histórica del desarrollo de un capitalismo nacional
pujante. Los burgueses de mostrador,
usureros y comerciantes empezaron a acaparar el poder político y no se tenia el
menor interés por resolver la situación agraria, sino a la medida de sus
conveniencias. Es así como la reforma agraria inicia otro proceso doloroso e
intenso por dar las tierras a quienes las trabajaran para prosperar. Por el contrario eran acaparadas por los
terratenientes. Esta reforma agraria
sería entonces la bandera temprana de una revolución debido a las múltiples
traiciones y frustración social. En
México Hidalgo y Morelos fueron derrotados antes de la emancipación de los humildes y la
reconquista de las tierras usurpadas.
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Calleja recibió órdenes de Venegas para tomar Guadalajara y acabar así
con los insurgentes. Tras unirse con Flon de nuevo, Calleja inició la marcha
hacia Guadalajara al iniciar el año de 1811. En enero, los realistas capturaron
algunas poblaciones importantes de la intendencia de Jalisco, como Zapopan y San Blas, ciudad portuaria donde fue
vencido el cura José María
Mercado, quien pereció al intentar escapar. Calleja hizo acampar a sus tropas
en un paraje cercano a Guadalajara, conocido como Puente de Calderón. El 17 de enero, Hidalgo, acompañado de
Allende, Rayón, Aldama y Jiménez, avanzó hacia Puente de Calderón para
enfrentar a Calleja, en un hecho conocido como Batalla de Puente de Calderón, en la que en un principio la
situación fue favorable a los insurgentes, pero luego de la explosión de un
carro de pólvora, propiedad de la tropa de José Antonio Torres, los realistas
comenzaron a ganar ventaja al punto de hacer huir a los insurgentes, quienes en
la retirada perdieron dinero y efectivos.
Captura de
Hidalgo
Hidalgo y Allende, los dos principales jefes de la insurrección armada,
acrecentaron sus diferencias a raíz de la derrota en el Puente de Calderón.
Incluso, Allende confesó haber estructurado un plan para envenenar al "bribón del
cura", como llamaba a Hidalgo. Tras acordarlo con Aldama, Abasolo y
Rayón, se acordó despojar a Hidalgo del mando militar en la Hacienda de
Pabellón, Aguascalientes, el 25 de febrero, cuando los insurgentes se
disponían a huir a Estados Unidos de América, para comprar armamento y
seguir la lucha. Justamente por aquellos días, Allende recibió comunicación de
Ignacio Elizondo, antiguo realista ahora militante en las fuerzas
revolucionarias, pero no era más que un espía del gobierno virreinal. Elizondo
invitó a los caudillos de la insurrección a detenerse en su zona de influencia,
conocida como las Norias de Acatita de
Baján, situado en la frontera de Coahuila y Texas, entonces parte del
virreinato novohispano. El 21 de marzo, Hidalgo llegó a las norias,
para descansar un poco y seguir el camino a la Alta California. Primero llegó el contingente
de Abasolo y sus soldados, quienes fueron capturados por los efectivos
españoles. Poco después, y sin percatarse de la captura de Abasolo, Allende, su
hijo Indalecio, Aldama y Jiménez bajaron de un coche escoltado por algunos
capitanes. Tras ofrecerles algo de comer, fueron aprehendidos, pero Allende opuso
resistencia y Elizondo mató a su hijo. Finalmente apareció Hidalgo, a caballo y
escoltado por pocos hombres, cuya captura fue más sencilla que las anteriores
realizadas, Tras enlistar a todos los presos, Elizondo envió parte a la ciudad
de México y en recompensa fue nombrado coronel. Los reos fueron trasladados
a Chihuahua, capital de la intendencia más cercana, donde
se les seguiría juicio.
Allende, Aldama y Jiménez fueron encontrados culpables por el delito de
alta traición, y se les condenó a muerte en mayo del mismo año. Abasolo aportó datos adicionales
sobre la insurgencia que permitieron llevar a cabo redadas donde se obtuvo
material para contrarrestar el movimiento. Su colaboración, sumada a los
esfuerzos de su mujer, logró conmutar su condena a la de prisión perpetua en Cádiz, España, donde murió en 1816. Mientras, en Chihuahua, Allende, Aldama y
Jiménez fueron pasados por las armas por la espalda en la plazula de la ciudad
el 26 de junio, más tarde sus cuerpos fueron
decapitados y sus cabezas enjauladas. Hidalgo fue enterado de esta noticia la
misma noche de la ejecución. Días después, el obispo de Durango ordenó el proceso para
degradar al ex párroco de Dolores de su condición sacerdotal, como se explica
en el siguiente apartado; de esta forma, Hidalgo quedaría libre del fuero
eclesiástico ante las autoridades civiles para poder llevar a cabo su
ejecución.
Proceso judicial de Hidalgo
Ya en Chihuahua, Ángel Abella, comisionado como Juez por el comandante
general de las provincias internas interrogó al Cura Hidalgo quien prometió
decir verdad en lo que supiere y fuera preguntado. Si bien no se le dijo la
causa de su prisión, se supone que es por haberse levantado para independizar
de España la entonces llamada Nueva España.
Hidalgo confesó haber aprehendido europeos a las cinco de la mañana del
16 de septiembre de 1810, sin más novedad que la de unos cintarazos que se le
dieron a don José Antonio Larrincia (Larrinúa); haber levantado al ejército;
haber fabricado moneda en Zacatecas; haber construido cañones y armas,
fabricado municiones, y depuesto autoridades, europeas o criollas, que no
seguían su partido. Persiguió a muchos de éstos y sólo había muerto el
Intendente.
Se conservan parte de las diligencias así como un resumen de las
declaraciones que Hidalgo hizo a quienes le interrogaron.
Se le imputaron delitos de alta traición, crímenes y asesinatos,
sedición, conspiración, y le obligaron a firmar una retractación por "sus
errores cometidos contra la persona del Rey y contra Dios".
El proceso se alargó, con 43 declaraciones de mixto fuero. Se le colocó
entre los amantes de las ideas de la ilustración y se le condenó a la
degradación.
El día 27 de julio tuvo lugar la condena eclesiástica: Hidalgo sería
degradado y expulsado del estado clerical, por lo que las autoridades civiles
podrían tratarlo según las leyes vigentes para los no clérigos.,
El día 29 de julio se procedió a la degradación eclesiástica.
Antes de que llegase el momento de ser ejecutado, Hidalgo se confesó con
el P. Juan José Baca y comulgó, por lo que quedó libre toda excomunión. Cuando
llegó la hora del fusilamiento, pidió que no le vendaran los ojos ni le
dispararan por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores).
Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo
necesidad de dos descargas de fusilería y el tiro de gracia para acabar con su
vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le
cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación
de veinte pesos. Miguel Hidalgo murió el 30 de julio de 1811 fusilado por las fuerzas realistas.
Miguel Hidalgo y Costilla fue fusilado al amanecer, sentado en un banco,
con la mano en el corazón, los ojos vendados y un crucifijo en el patio del
antiguo Colegio de los Jesuitas en Chihuahua, entonces habilitado como cuartel
y cárcel y que en la actualidad es el Palacio de Gobierno de Chihuahua. A pesar
de haber recibido dos descargas del pelotón, no murió; por lo que el teniente
al mando ordenó a dos de los soldados disparar a quemarropa sobre el corazón
del padre Hidalgo, acabando así con su existencia. Su cadáver fue
posteriormente decapitado y su cuerpo enterrado en la capilla de San Antonio
del templo de San Francisco de Asís en la misma ciudad de Chihuahua; su cabeza
fue enviada a Guanajuato y colocada en la Alhóndiga de Granaditas, junto a las de Allende,
Aldama y Jiménez.
Restos de Miguel Hidalgo y Costilla al ser exhumados |
En 1821 fue exhumado su cuerpo de Chihuahua y junto con
su cabeza se le enterró en el Altar de los Reyes, de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Finalmente, desde 1925 reposa en el Ángel de la Independencia, en la capital. En 1868 fue erigido en su honor el Estado de Hidalgo.
Altar de los Reyes en la Catedral de la Cd. de México, D.F. |
Angel de la Independencia el 16 de Septiembre Noche Mexicana |
Este segmento lo voy a dedicar a los jóvenes como muestra de que la historia tambien se puede contar a través de las habilidades artísticas...en este caso la Srita. Daniela Delgadillo presenta su creación con historieta titulada.."La independencia de México"...¡que la disfruten!
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